Historia.
Cuando empezaron las huelgas
de ferroviarios hacia 1.903 con reclamaciones que no eran desconsideradas, por
ejemplo las largas jornadas que habían de estar fuera de sus casas por las
necesidades del servicio con los trenes de mineral hasta Huelva, una de las
respuestas fue construir una barriada allí mismo, para que no perdieran tiempo
en los desplazamientos. En el archivo de RTZ en Londres se conservan las
cartas, proponiendo la construcción de algunas casas que ayudaran a solucionar
los problemas de la permanencia de estos obreros fuera de sus casas, ya que al
vivir a 200 metros
de la Cochera
central se evitaba perder casi dos horas en los desplazamientos a otros núcleos
de población más lejanos.
Y así se construyeron las dos calles que formaron lo que
siempre se ha llamado vulgarmente la Estación del Medio, pero que siempre aparece en
los documentos con el nombre de la estación del ferrocarril, de la que distaba
apenas 100 metros,
solamente separada de ella por las vías. Así Río Tinto Estación era a la vez
una estación más en el ferrocarril de Huelva a Río Tinto, y una aldea o
barriada construída por la
Compañía para albergar principalmente a los obreros que
trabajaban en el ferrocarril. Las casas tardaron en hacerse, porque en 1916 se
estaban construyendo todavía 24 casas en la Estación. Esta
barriada, fue la menor de todas las existentes en Riotinto, con dos calles y 56
viviendas. Se alojaban allí las familias de los obreros que atendían la
estación principal, desde donde los trenes se distribuían para cada uno de los
distintos sectores de la explotación. La máxima población fue de 268 habitantes
en 1960.
Las viviendas que el máximo dirigente de la Compañía inglesa aprueba
para las nuevas poblaciones suponen una simplificación de las necesidades de
alojamiento hasta reducirlas a su mínima expresión. Se trata de pequeñas casas,
entre medianeras, de una planta, de tres o cuatro habitaciones y de
aproximadamente 45
metros cuadrados
construidos. Son edificios entre cinco y ocho metros de fachada, con una
puerta y una o dos ventanas, difícil de apreciar cuando acaba uno y empieza el
contiguo. El tratamiento exterior es pobre, a base siempre de paramentos
enfoscados, materiales de la zona, cubierta de teja sobre pares de madera y
muros de piedra. Los tirantes de las cerchas marcan la profundidad de las
casas, creando un tamaño generalizado por muchos años. A veces se colocan lucernarios en el tejado,
formados por pequeñas ventanas abuhardilladas.
La tipología se establecía
sin duda en función de la superficie de la vivienda, pues la compañía
contemplaba las distintas clases de familias, más o menos numerosas, que había
que alojar. Los alquileres variaban y las más pequeñas, desde dos habitaciones,
se alquilaban en siete pesetas al mes.
La construcción esta formada
por cimentación de zapata corrida de piedra porfídica asentada sobre la roca
firme, tomada con mortero pobre de barro y cal. En realidad supone un
regruesamiento del muro, Su anchura es de 60 centímetros y su
profundidad variable. Estructura de crujías, limitadas por muros de piedra, de 45 centímetros de
espesor. Esta piedra suele ser pórfido casi siempre, tomada con mortero, de
barro y cal y enfoscada con el mismo mortero. A veces el pórtico central no
está formado por un muro de piedra, sino por un simple pilar central de
ladrillo de 40
centímetros de lado, que se eleva hasta la cumbrera. La
cubierta: esta formada por durmientes de madera que apoyan en el pilar y en los
hastiales. De estos durmientes bajan los pares de madera hasta los muros, con
tablazón encima y sobre ella la teja. Existe siempre un falso techo formado por
unas además de madera que cargan en el pilar o muro central y en los laterales
y sobre las que se clavan unas tablas a las que se coge el cañizo y el yeso. Se
accedía a él por una trampilla y para ventilación del espacio superior a veces
poseía una pequeña ventana de buhardilla. La solería hidráulicas prensadas,
tabiquería de ladrillo hueco sencillo, pintura a la cal por fuera y por dentro.
Las chimeneas, son de ladrillo colocado de canto, rematadas por ladrillos
inclinados cubiertos por una teja. La cocina estaba incluida en una de las
habitaciones y no existía cuarto de baño ni retrete. La carpintería de madera
con puertas y ventanas acristaladas y postigos. De esta manera se iluminaba la
estancia de entrada a través de los cristales de la puerta. La compañía pretende siempre crear núcleos
autosuficientes y así los poblados están dotados de casi todo lo
imprescindible.
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